El lugar donde los electrodos tocan la piel sirve como punto de conversión entre el flujo de electrones utilizado por el dispositivo de electroterapia y el flujo de iones dentro de los tejidos del cuerpo. Para formar un circuito cerrado entre el dispositivo y los tejidos del paciente, al menos un electrodo de cada uno de los cables de salida del dispositivo debe estar en contacto con la piel del paciente. Los electrodos preparados y colocados correctamente aumentan la eficiencia de la corriente eléctrica y permiten menos molestias por el tratamiento.