Efectos médicos de la terapia con Ondas de Choque
En 1982 comienzan a utilizarse las ondas de choque para desintegrar cálculos renales mediante un efecto puramente mecánico. Durante dicho tratamiento, se descubren efectos secundarios como la cicatrización ósea y de tejidos blandos, constatándose efectos biológicos importantes.
En 1990 comienzan a realizarse estudios sobre las ondas de choque para el tratamiento de tendinopatías. Las ondas de choque producen efectos físicos, químicos, biológicos y celulares sobre los tejidos a través de la mecanotransducción, con un efecto “cizalla” entre las células y el tejido conectivo.
Las células son capaces de reconocer los estímulos mecánicos y generar una respuesta biológica.
Estos son algunos de los efectos principales:
- Normalización del tono muscular a través de la estimulación del huso muscular y el órgano tendinoso de Golgi.
- Superposición de dolor basada en el principio de la compuerta (Melzack y Wall) con liberación paralela de endorfina por estimulación de la presión de la piel y los receptores táctiles.
- Estimulación de la actividad celular y cambios en la permeabilidad de la membrana celular causados por el estrés mecánico directo en la pared celular.
- Procesos internos de construcción celular para reforzar la estructura mecánica como consecuencia de la tensión mecánica en el límite de capacidad de tensión.
También existen efectos indirectos que incluyen:
- Aumento del metabolismo celular debido a cambios en la permeabilidad de la membrana, p. Ej. abriendo los canales de glutamato.
- Liberación de la sustancia P, un neurotransmisor y mediador del dolor, dentro del tejido con la consiguiente habituación nerviosa y con la reducción del umbral del dolor.
- Liberación de factores de crecimiento (VEGF) con la reacción celular correspondiente.
- Aumento de la actividad celular a través de la expresión génica.
Similar a la técnica de fricción transversal desarrollada por J. Cyriax utilizada por muchos terapeutas, la aplicación de la terapia de ondas de choque radiales produce varios efectos directamente observables durante o inmediatamente después del tratamiento:
Inicialmente incómodo a doloroso, generalmente resulta en una habituación rápida con buena tolerancia a la onda de choque aplicada.
- Generalmente hay una reducción significativa del dolor inmediatamente después del tratamiento.
- Se incrementa el rango de movimiento.
- El tono muscular se normaliza.
- Las miogelosas previamente palpables se han relajado.
Los tejidos posibles de ser tratados con ondas de choque son: tendón, músculo, hueso, piel y nervio periférico. Las indicaciones habituales son las inicialmente aprobadas científicamente, entre ellas la tendinitis, epicondilitis, fascitis plantar, peritrocanteritis, aquilodinia, entre otras. Existe abundante evidencia científica que avala el uso de las ondas de choque.
El tratamiento con ondas de choque con enPuls es sencillo. Dependiendo de la patología se aplican de 3 a 6 sesiones en total, con frecuencia semanal o quincenal. Esto constituye una ventaja frente a la fisioterapia clásica en las que las sesiones deben ser diarias y deben realizarse entre 10 y 30 sesiones.
Es importante resaltar la relación costo-beneficio, al constituir un tratamiento que ahorra tiempo -dado que son pocas sesiones-, disminuye el número de consultas médicas por recurrencias, así como el consumo de analgésicos, evita muchas veces tratamientos invasivos como cirugías o infiltraciones, con resultados favorables y gran satisfacción del paciente.